No hizo ningún signo en su Patria
Del Padre Leonardo Castellani
El primer atentado contra Jesucristo se llevo a cabo en su ciudad natal,
o por lo menos por tal tenida, no
quiso hacer milagros en Nazareth (o mejor dicho "no pudo", como dice
Marcos) y se pusieron furiosos. No pudo hacer milagros "por su
incredulidad"; y sin embargo parece que tenían credulidad hasta de sobra,
pues esperaban que hiciese allí más milagros que en parte alguna por ser
"la patria suya, donde se había criado". Y El leyó en la Sinagoga la
profecía de Isaías sobre los milagros del Futuro Ungido, plegó el papiro, lo
entrego al sacristán (y todos los ojos estaban puestos en el) y empezó su
explicación diciendo: "Esta escritura se ha cumplido hoy en vuestros ojos".
Pero después, cuando vieron que no hacía más milagros que en Cafarnaúm
(pues solo sano unos pocos enfermos) y cuando Él les explicó la paradójica razón:
"justamente por ser mi ciudad", se llenaron de ira, se levantaron
y lo echaron de la ciudad. Y siguiéndolo hasta el barranco donde el poblado
moría, querían, desbarrancarlo.
Por qué no lo hicieron, no se sabe. "Él se fue, pasando tranquilo en
medio de ellos." Quizá esa misma tranquilidad se les impuso.
Esta ira pueblerina, este tumulto de zotes, este homicidio frustrado e
inmotivado son cosa bien rara. Pero no nos asombremos: detrás está "el
fermento farisaico", como le llamo Él mismo, la mano negra del hipócrita.
El farisaico fermento aparece en primer lugar en la esperanza de un
Mesías bizarro, arrogante, jayán, dominador y belicoso. ¡Y este hombre tranquilo,
sedado y levemente melancólico...! Allí conocían a su padre, a su madre y a sus
hermanos Jaime, Jose, Juda y Simon y a sus hermanas, la parentela entera; y le
habían visto manejando el cepillo y la azuela,.. ¡Qué Cafarnaúm ni que ocho
cuartos!
Ocho cuartos son dos enteros. Dos enteros son dos reales. ¿Por qué decir
ocho cuartos pudiendo decir dos reales? Aquí no hemos estado en Jerusalén, pero
sabemos, me parece, lo que son dos reales... En Cafarnaúm dicho ocho cuartos,
son idiotas...
El otro fermento más farisaico todavía es reconocerlo como Mesías, pero
adjudicarlo a la ciudad de Nazareth, "que casi lo vio nacer." Esas
adjudicaciones nacionales son muy comunes y naturales y parecería que Cristo no
debería echarlas tan a mal. ¡Si las habré oído yo hacer en Italia y en España,
países de arraigada fe! Y en la Argentina, país de fe dormilona.
"Dios es criollo", "Dios es francés", "Dios es
alemán", "Dios es español"... Parece que le basta a Dios a oír
eso para marcharse sin hacer milagros. ¿Qué malicia tan grande habrá en esa
cariñosa apropiación de paisanos? Vea ¿no? —como dicen los gauchos. Cristo no
dio otra razón más que esa: "No hago milagros aquí porque soy de aquí;
hago milagros en el extranjero." Dios es extranjero.
Mas yo oigo sin cesar sermones en que se promete la ayuda de Dios,
incluso milagrosa, a los naturales de una región por el solo hecho de ser de
ella, por la profunda y arraigada fe que siempre ha distinguido a este pueblo,
por la santidad de nuestros padres y nuestras gloriosas tradiciones. Este es
inocente fariseísmo.
Y este inocente fariseísmo puede terminar por un atentado contra Cristo.
Ya es un atentado hacerlo servir al pobre para sermones vanos, presuntuosos, adulones
y vacios.
Oración a un Dios extranjero:
Juan
José Cabadas
Jesús:
Te
conocemos tanto
que
ya te consideramos nuestro.
Y,
tanto es así, que pensamos que nuestras oraciones,
accionan
un mecanismo inexorable
por
el que sí o sí,
nos
has de obedecer.
Porque
si no concedes lo pedido,
nos
hierve la sangre
y
nos enojamos como si tu nos debieras…
Creemos
que pesan nuestros méritos
más que
tu Gracia
y
olvidamos nuestros respectivos lugares
hasta
tal punto de que creyendo saber,
no
sabemos, en realidad, quién eres
ni
quiénes somos.
Caemos
en el graso error de los fariseos
que creyéndose dueños de la religión
no
supieron reconocerte,
como
aquel que en el Templo
se
alababa a sí mismo
y
regresó a su casa tal cual como salió,
sin
gracia ni perdón,
por
creerse santo.
Y
como conocidos y compinches
te
tratamos de igual a igual,
porque
sos el Barba, el Flaco,
porque
Dios es argentino
y
entre gauchos nos hacemos gauchadas…
Como
la gente de tu tiempo,
entre
tus coterráneos
quienes
por creerte conocido
te exigían
prodigios…
pasaste
entre ellos para continuar tu camino
porque
no encontraste fe,
que
te dejara hacer un milagro.
Y
pasas por entre nosotros
y
como no encajas en lo que esperamos
pasas
por nuestras vidas… pero pasas de largo
y no
te retenemos porque no tenemos cómo,
te
perdemos por creernos seguros de que nos perteneces
y no
pedimos la fe para reconocerte
y,
más que pretenderte para nosotros,
darnos
a Tí…
Te
pedimos humildad para saber que nada merecemos
y
agradecerte cada cosa que nos das,
no
por hacer justicia sino por tu infinita caridad…
Haz
que sepamos pedir y esperar
con
un espíritu de niños
que
se dejan sorprender por el regalo
porque
aún, habiéndolo pedido
saben
que nada han hecho para recibirlo
sino
simplemente, esperarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario