domingo, 26 de julio de 2020

Cuentos Navideños


                                                                       
Juan José Cabadas

INTRODUCCIÓN

Al aproximarnos a las fiestas navideñas, he querido crear algún material que pueda servirnos para entrar en el espíritu propio de la Fiesta. 
                                        
En una lectura apurada podemos caer en la idea de que se trata de cuentos 'poco piadosos’. . No hay un marco religioso institucional, ni rituales propios de la ocasión. Lo que en realidad quiero mostrar es el ámbito más sagrado del hombre: su propio corazón. Ese es el Templo donde ocurren los milagros navideños de estos cuentos... Los que no son manifestados en signos exteriores espectaculares, sino que se manifiestan sencillos y silen­ciosos en aquellos cambios que obra el Señor, sin bombos ni platillos, en la interioridad de las personas. Podríamos decir en la suave brisa que conmueve al profeta Elías. Es el recono­cimiento de la Gran Presencia en el Pequeño Signo.
La Navidad sigue aconteciendo hasta el final de los tiempos en un pequeño pese­bre, lejos de la gran ciudad, cercana a los que saben descubrir al Niño Dios en la pobreza del establo. Jesús vuelve a nacer, cuando en medio de nuestro barro, de nuestras miserias y pecados dejamos que él encienda una luz capaz de hacernos cam­biar nuestra mentalidad... Saliendo de nuestros aislamientos, de nuestros rechazos hacia  nosotros mismos, de nuestra mirada desconfiada hacia los demás, de nuestros te­mores que nos paralizan en el compromiso. Si dejamos que esto suceda en nosotros la habremos celebrado, de lo contrario habrá sido una fecha más en el calendario.




NAVIDAD EN LA ESTACIÓN DE PEAJE: Cuernos de Reno

 Esa noche llegó como todas las noches.
Acomodó en la caja registradora el sencillo que llevaba bien contado para dar el cambio justo.
Era una noche como todas las noches, pero con una diferencia.
Se había propuesto mostrarse feliz y gentil, y hasta se le ocurrió una idea llevó un cartelito que se leyera desde afuera y lo pegó: «Feliz Navidad»... Aunque en realidad la originalidad de la idea tenía ya dos años, al igual que el cartelito
Seguramente estarán pensando que hace dos años atrás también tuvo que cubrir el turno en una noche de Navidad... Si lo pensaron así, entonces acertaron... ‘Pero es la única oportunidad de conseguir un pesito extra'. .
En estas fiestas había planificado comprarle calzado a su hijo menor, de lo contrario, como le explicaba a su mujer cuando lleguemos a 'Reyes', y el niño ponga sus zapatitos para los regalos, éstos pasarán de largo por los agujeros.
Cerrando los ojos trataba de visualizar, al pie del arbolito navideño, la caja rectangular bien envuelta, con moño y tarjeta... Pero de pronto un sentimiento amargo cruzó por su cabeza. Seguramente Jorgito esperaba del Niño Dios un juguete y, con los ojos cerrados presintió su rostro de decepción... La sonrisa que había ensayado para saludar a los conductores había desaparecido. Aunque hasta ese momento no había pasado ningún vehícu­lo.  La calle estaba tan solitaria como él.
Recorrió imaginariamente la mesa navideña de su hogar... Allí estaban todos: su espo­sa Laura, su hijito Jorgito, su joven hija, Julieta, que esperaba ansiosa el brindis para luego salir corriendo a bailar con sus amigas... ¡Y Carlos!... No dejó de odiarse a sé mismo ¡Car­los en mi casa, en mi ausencia, e invitado por mí!... Hizo memoria y recordó aquel nefasto diálogo:
- «¿Qué haces Carlos?’... ¡Tanto tiempo!
- « Estaba de paso y quise venir a saludarlos».
- « ¿Dónde vas a pasar la Noche Buena?».
- « La verdad que no tengo nada planificado»
- " !Venite a casa!   ¡Vos sabés como todos te queremos!
Así, cara a cara lo desafió. Se dijo para si. ‘No soy celoso' e invitó al ex novio de su esposa a casa, olvidándose que esa noche él no estaría...
Con bronca rearmó con su imaginación aquella mesa navideña, y allí estaban los dos: uno al lado del otro entrecruzándose en palabras y miradas.
'¿Qué pasaría si la fiesta se pone muy alegre?... ¿Si hay muchos brindis?.. Segura­mente Jorgito se irá a la cama después de los regalos y Julieta saldría a la Confitería bailable. ¿Y ellos dos?... ¿Si llegan a estar un poquito picados? ¿Habrá para septiembre un nuevo miembro en la familia llamado Carlitos?’
Se disgustó consigo mismo: '¡Cómo voy a desconfiar de mi esposa!... ¡Qué vergüenza! Y se dijo. ‘Pensaré en otra cosa’.
‘¿Pasará Papá Noel por el peaje? ¿Cual sería la tarifa que habría que cobrarle'?... Y luego haciendo zapping en sus pensamientos reflexionó; ' En una noche como hoy, la empresa debería regalar el pase gratis'... Y volviendo a lo anterior comenzó a calcular la tarifa para Papá Noél. . ‘El Trineo es complicado, no tiene ni ejes ni ruedas Además están los renos que eran… ¿Cuatro o seis? Más !a carga, podría equipararse a un camión con acoplado'... Seria una buena oportunidad para sobornar a Papá Noél: '¡O me das un buen regalo o te cobro el máximo!... Y luego se decía: 'Ya veo que se enoja y embiste la barrera con los cuernos de sus renos". Al pensar en aquellos cuernos se dijo: '¡Hermosos para un perchero multiuso!.. ¡Qué se pasen de largo no más y sin pagar, que desde atrás los bajo a balazos! Mientras pensaba cómo se arreglaría para adornar su pequeño living con las cabezas de los renos colgadas en su pared... Pero al pensar en aquellos grandes cuernos, no pudo evitar el verse reflejado en el vidrio de la cabina donde estaba... Así volvió su pensamiento hacia Carlos y su esposa... Aquel rostro gentil del comienzo estaba transfigurado y solo irradiaba odio. Se dijo 'Pueda ser que me quede lugar en la pared para las cabezas de estos dos'.
Todavía estaba divagando en estos piadosos pensamientos navideños cuando miró su reloj. Eran las 0 horas... Era Navidad, y el cielo se encendió en luces de bengala. Allá a lo lejos divisó un automóvil que venía. "Es un 'Megan", se dijo y luego se preguntó: " Papá Noel habrá cambiado los renos por un Renault   .
Cuando el auto llegó a la estación se detuvo a un costado y descendieron Laura, Jorgito, Julieta y el «ex»    
Su señora le explicó:
- « A Carlos se le ocurrió la idea maravillosa de venir a brindar con vos y  nos trajo en su auto»
Se saludaron, se desearon felicidad, brindaron y Carlos le entregó un regalito: una hermosa estatuilla de un reno para colocar sobre la chimenea.

FIN


Para reflexionar:
-       Cuando la mente se aleja de la realidad crea fantasmas.  Muchas veces nos distanciamos con alguien porque tenía un determinado defecto… Pero, cuando a la distancia del tiempo, nos volvemos a encontrar con él descubrimos que las cosas no son tales como nuestro recuerdo (mezclado con nuestra imaginación) nos las contó.  Lo único que nos puede reconciliar con la realidad es la realidad misma.
-       ¿Estamos capacitados para juzgar al otro?... ¿A nosotros mismos?... ¿a Dios?...  ¿Siquiera a la misma historia de la humanidad?...
-       Leer Mt 18, 21-35; Lc 7,1-5
-       Tal vez en esta oportunidad tengas la oportunidad de acercarte a alguien a quien has marginado o castigado por algo que ocurrió y dejó heridas en tu alma.  Esta oportunidad será la misma para ti mismo: para crecer en el perdón y en la misericordia.  El amor que brindes será el remedio que cure esa herida abierta en el corazón.




NAVIDAD EN EL RANCHO: Así como en el Cine

 Recordó la película que había visto cuando fueron a la ciudad con sus padres Era una película yanqui, y porque no sabia leer tuvo que conformarse con aquel despliegue de luces, movimientos y música...
«Allá sí que saben preparar las Navidades», se dijo « ¡Cuántas luces!, ¡qué hermosos adornos en los árboles!, ¡qué tiernos pesebres!, ¡cuánta nieve!... ¡Ah!.. y ese gordo generoso, todo vestido de rojo, que mi mama me dijo que era el papá de Noé. ¡Mi Dios, ese sí que es viejo!, y sin embargo no perdió vitalidad y, ¡ cuánto amor a los niños con tantos regalos que repartía .. Extraño carro el que tenía, sin ruedas y tirado por aquellos inmensos carneros...»
Pero en esta oportunidad, nuestro 'criollito', Juvenal, estaba solo ... «¡Cómo se les ha ocurrido al Tata y a la mama dejarme sólo con tantos quehaceres en el rancho, especialmente en este momento que hay que preparar el Nacimiento del Niño Dios'... Ellos deben de saber que mis habilidades no son tantas y que no tengo sesera suficiente para salir de tantos embrollos... Es cierto que los vecinos González me han dicho que se habían ido a un mejor lugar a buscar fortuna, pero tengo la firme sospecha que la habrán encontrado y que vendrán precisamente esta noche para celebrar juntos la Fiesta... Por eso dije: 'Gracias, don González, pero no le puedo aceptar la invitación para la cena porque esta noche vienen mis viejitos'
Ellos querrán darme una sorpresa pero seré yo quien los sorprenda. . Los estaré esperando. ¡Hay que preparar el rancho como en la película' ... Hay que hacer memoria y nada puede faltar... ¿ Qué necesitamos?   ¡Ah, si: un pesebre!».
Y cortó pastitos... Recorrió la ribera del arroyuelo buscando las imágenes: " Esta bonita piedra blanca, así de punta, se parece a la Virgen... Es más es la misma Virgen María», y la colocó en su alforja «Esta suavecita piedra celeste es el misino Niño Dios» La beso y la guardó. Y siguió buscando hasta conseguir unas veinte imágenes para su pesebre que acomodó de tal manera que quien abra la tranquera se encuentre sí o sí con él .
«... Algo falta... ¡Ya se!, la nieve»... Se cruzó el alambrado y realizó una cosecha de algodón de contrabando    ¡Cómo quedaron sus dedos!, pero había valido la pena
« Nieve para el pesebre, nieve para el árbol de navidad»
« ¡El árbol de Navidad!», se dijo asustado . « ¿De dónde saco un pino?». « Va, creo que este viejo algarrobo del patio del rancho nada tiene para envidiar al pino yanqui»... Y de los frutales sacó diversas frutas que colocó por todo el algarrobo, y hasta tomates y melones. Y mucho algodón que hacia de nieve. Y se extrañó: «Película rara aquella, con nevada en pleno diciembre»... « Y bué, queda lindo».
« ¿Qué más?... ¡Ah, el tata de Noé, el gordo de rojo!»... Había allí una carreta en desuso... No tenía ruedas y estaban sus ejes calzados con tacos de madera... Se trajo de en medio del huerto el espantapájaros que rellenó con más paja porque estaba muy flaco, y buscó toda la ropa roja que encontró, y hasta le puso una pollera por sombre­ro... « ¡Vamos Gordo, a la jardinera!». Buscó cuatro cabritos y los colocó en el tiro. . «Deberían tener cuernos más grandes pero así nomás está bien»
« ¿Cómo haré con las luces, aquí que no tenemos la luz eléctrica?...». Y ahí salió a la despensa del rancho, junto todas las velitas que tenía, las cortó por la mitad para tener más y las colocó sobretodo el travesaño que sostenía el alero del rancho. «Llegada la noche, cerquita de la Navidad las enciendo».
Recordando la película se pegó un gran julepe: «Si al gordo se le ocurre aterrizar con carneros y todo en mi techo para entrar por la chimenea me hunde el rancho... Hay que prevenir». Y como desde aquel tiempo que había ido al cine ya aprendió las letras tuvo la precaución de dejar un aviso sobre el techo, alado a la chimenea de la cocina económica:
« Techo inseguro... Chimineia susia y estrecha. En el campo no serramos las puertas con yabe, siempre están abiertas... Entre como buen crestiano por donde co­rresponde».
«¡¿Y la comida'.'!... Ya me acuerdo, pavos en el campo hay a patadas», y se dispuso a cocinar uno en el horno de pan.
Se acercaba la medianoche... Todo estaba dispuesto, aunque no se le había ocu­rrido cómo hacer fuegos de artificio. . «Y bué, no haberá»... Pispió que el pavo estaba casi a punto. Se subió y encendió las velitas... ¡Qué bonito se veía el rancho!... Y la intuición no le había fallado... Allá desde lo lejos se escuchaba llegar un carruaje al trote de sus caballos. . Y eran ellos nomás. Bajó corriendo: « ¡Tata' ¡Mama': sabía que vendrían».. « Vieron que lindo preparé la Navidad». - « Hermoso mi hijo», dijo la madre
-« Pero le vinimos a buscar para celebrar en otro lugar», dijo el padre
- « ¿Otro lugar'.', con todo el trabajo que hice», se quejó Juvenal
- « No te vas a arrepentir m'hijo.    Hemos conseguido una hermosa casa donde nos espera un gran banquete», dijo la madre
- « Y bué, lo importante es estar con ustedes»
Se subió al carro y salieron riendo juntos al trote.. Juvenal, mirando hacia atrás el rancho, a lo lejos y allá abajo, dijo «¡Tata! ¡Mama!: ¡fuegos de artificio!».
Al otro día los vecinos González comentaban con otros: « Nosotros lo habíamos invitado a cenar con nosotros, pero él nos respondió que esperaba a sus padres... Y… ¿sabe lo que hizo?' ¡Quemo el rancho, puso el espantapájaros que vistió de rojo en ese cacharro inútil, se subió a su lado y allí, este pobre viejo loco se dejó morir!”
FIN


Para Reflexionar:
-       La Navidad no admite la soledad.  El Nacimiento del Señor es el reencuentro de la humanidad consigo misma.  Al nacer el Hombre Nuevo se renueva todo hombre en el encuentro con su hermano.
-       ¿No te parece que nuestras Navidades, al ser imitación de otra cultura, pierden originalidad y ganan artificialidad?  ¿Cómo crees que sería una Navidad bien nuestra, de nuestro pueblo?
-       Las Navidades, en nuestro suelo, suelen ser ocasión de un encuentro familiar.  Pero serían más completas si resultaran ser un encuentro de nuestra familia con Cristo. ¿Cómo crees que puedes provocar esto entre los tuyos?... Una invitación a estar juntos en la Misa de Gallo… Una oración para bendecir la mesa navideña… ¿ Y qué más…?





NAVIDAD EN EL HOSPICIO: Fantasmas del Pasado


Había sido testigo de muchos arribos y partidas, sin embargo nunca recordé el día en que llegué a aquella vieja casona donada a una fundación para transformarse en un orfanato.  Fue mi casa, y en mi consciencia tengo por cierto que allí nací de la nada, aunque nunca ignoré que mis padres biológicos me abandonaron cuando aun no tenía como defenderme . Ellos habrán tenido sus razones que yo nunca entenderé, sin embargo el amor recibido a lo largo de esta larga y breve vida, me dio la pauta del perdón.
Otras manos me acariciaron y vistieron, en una familia de tantos niños como yo, cada uno trabajando para los demás de acuerdo a la capacidad de sus edades...
Fui testigo de bebés que llegaron desnutridos, de niños golpeados, violados, destruidos, muchos de ellos para siempre, en su frágil psiquis...
Asistí a muchos funerales de aquellos por quienes lloré como por mis hermanos que nunca tuve o nunca conocí.
Crecí desde las pequeñas responsabilidades de secar platos y trapear pisos... Luego más grande haciendo las compras de las provisiones para el mes. Y luego con la oportunidad del estudio y mi titulo de contador, el llevar la administración del hogar, habiendo pasado por el oficio de albañil para ir agrandando la estructura edilicia de aquella casa que no se cansaba de agrandar su corazón en la siempre bienvenida de nuevos niños
Ya con edad suficiente para independizar mi vida, yo mismo construí mi casa en las cercanías de «Mi Vieja Casona»... Era conveniente estar a mano para brindarse a penas me lo solicitaran.
El día 22 de diciembre me llamaron pidiéndome que acompañara en la Noche Buena a seis niños que, desafortunadamente de entre los ciento veinte de la casa no habían podido ser ubicados con familias que los contuvieran en las Fiestas de Navidad.
Generalmente, aunque siempre vivo solo, tengo muchos hermanos por toda la ciudad y las invitaciones me llegan desde todos los rincones para unirme a ellos en estas ocasiones.  Hablé con cada uno de ellos y disculpándome, decidí acompañar a estos más desafortunados    En algunas oportunidades pase por lo de ellos, y se que no es fácil.
El presidente de la fundación habló conmigo, me había dado las instrucciones precisas indicándome que en la casa todo estaba listo y preparado para la fiesta.  Incluso los regalos y el lugar donde se encontraban. Se me había ofrecido un traje de Papa Noél, que recha­cé, ya que el centro de la Fiesta está en Jesús, no hay que aunar para ello un circo ficticio cuando la verdad celebrada es aún mucho mayor. Se me pedía que llegue más temprano para ultimar los detalles y preparar con los niños la mesa navideña.
Con mis pequeños ahorros quise comprar regalos para los seis, y uno sabe qué hace falta. La mayoría de las personas con deseos de colaborar llevan jugue­tes y golosinas, pero a los niños les hace falta ropitas, sobretodo zapatillas, y útiles escolares.
Por supuesto me arreglé para ir a una gran fiesta... Y aunque no pude ir a Misa por el horario, fui haciendo mis oraciones.
De la ruta principal doblando a la derecha, por el tan conocido camino de tierra, encontré aquel viejo cartel: « Hospicio, Madre de los Desamparados»... A los veinte metros divise la casa que, sí no fuera por la luz, de la entrada estaba en total oscuridad.
Estacione mi auto cerca de la entrada, y antes de abrir, con mis llaves, la puerta, toque la campanilla para hacerme anunciar... Me llamó la atención que nadie atendiera...
Un escalofrío que brotó de lo más profundo de mi ser envolvió todo mi cuerpo.  Tal vez la reminiscencia de aquel día, grabado en mi subconsciente, en que fui abando­nado.    Se trataba de una experiencia reiterada de abandono y soledad.
Eran las 22 hs y al entrar encontré   una nota sobre la mesa de recepción:
« Gracias a Dios encontramos a dos familias que recibirán en sus hogares a los niños que faltaban colocar... Cada una de ellas recibirá a tres de ellos.
Usted sabe que esta es su casa, disponga de ella.  En la cocina hay comida más que suficiente.  Le agradecemos la disposición y pedimos disculpas por las molestias ocasiona­das»
En un primer momento sentí indignación, pero luego me consoló pensar en que aque­llos niños no se sentirían, al día siguiente, en inferioridad de condiciones con respec­to a los demás.
Experimente en mi alma una doble moción: salir corriendo por el temor a !a soledad y buscar alguna casa que me reciba ( que sabía había muchas), o quedarme en la casa a recorrer recuerdos.
Prevaleció la primero. Salí corriendo, cerrando la puerta con llave, pero al llegar al sitio donde había dejado mi auto no lo encontré... ¡Me lo habían robado sin que yo escu­chara siquiera el ruido del motor! ¡Había dejado la puerta abierta del vehículo con la llave de ignición colocada'.   Pero, ¡qué estúpido!
Regresé a la casa y busqué el teléfono para hacer la denuncia a la policía, pero la línea, como casi de costumbre, estaba cortada.
Me aterrorizaba tanto permanecer en la casa como el recorrer aquellos 20 metros de camino en la oscuridad, sobretodo pensando que el ladrón pudiera estar merodeando... Es por eso que volví a la casa corriendo y cerré los cerrojos.
En aquella casona de dos pisos escuché pasos y risitas en el primero... Subí las esca­leras aligerando mi andar para darme con aquel gran cuarto...  Allá al fondo, en aquel rincón, en otro tiempo había en lugar de esa cucheta, otra de caños... mi propia cama... Al recorrer la sala me sentí observado desde cada almohada vacía por aquellos que fueron 'mis hermanos', muchos de ellos ya desaparecidos.
Me detuve frente a una cucheta que desde la ventana, que estaba detrás, entraba una claridad, debido seguramente a la luz encendida de afuera. Allí en ese lugar vi agonizar a mi mejor amigo, dos años menor que yo… Había querido cuidarlo como un padre y estuve con él sin despegármele un segundo, hasta que murió... El amor y la muerte. ¡Qué contradicción!... ¿Será por eso que nunca más me arriesgué a tener una familia?... ¿Tan alto es el costo del amar?...
Volví en mi preguntándome: ¿Qué fueron aquellas pisadas y risas infantiles?... ¿ Re­cuerdos al oído, o presencias en el olvido?
Regresé con mi mente a mis antiguas teorías... Veía lo que veían mis ojos, solo un salón vacío. . ¿El mundo acaba en lo que veo? Cuando una persona crece se termina convenciendo que es así, pero cuando uno es niño tiene una especial sensibilidad que luego escauterizada. Cuando uno es chico tiene una percepción distinta de la realidad, que se puede comparar, de algún modo, con la de aquel que delira en la agonía ¿qué dice?, ¿qué ve?
¿Por qué los niños tienen miedo a la oscuridad?    ¿Por qué el miedo a la soledad? Llegará entonces el adulto, en el mejor de los casos un padre, encenderá la luz y dirá. ¿Ves?, no hay nada". . ¿Y quien tiene miedo a lo que ve?...     Lo que el pequeño teme es precisamente lo invisible, pero de alguna manera perceptible...
Si todos los hombres nacieran y fueran sordos, el mundo de los ruidos y de la música no existiría para él, por más que él mismo al moverse los produzca o por más que estén en el aire... En ese caso los hombres deberían adaptarse a sobrevivir en un mundo silencioso, por más que la realidad sea mucho más que eso... Y si alguien naciera oyendo y tratara de transmitir su experiencia a los demás terminaría en un manicomio. .
¿Quien dice que los cinco sentidos abarcan la totalidad de lo que existe?  Simplemente nos ayudan a sobrevivir en este medio... Podríamos tener seis sentidos, o siete, o diez, o cien sentidos aportándonos distintas músicas y sonidos que no captan nuestros pobres cinco.
Volviendo a esa habilidad especial del niño para percibir por encima de lo sensible y más allá de lo que los adultos exclaman: ‘¡Qué imaginación!’... Yo aún guardo mucho de aquello... Temo a la oscuridad, de manera que en mi casa duermo siempre con una luz encendida... Y aunque sólo, siempre me sentí observado presintiendo presencias... Algún ruido... chasquido…  Un libro que cae de repente… Una respiración cercana…
¿Oyeron eso?... Un tropel de pasitos corriendo a hurtadillas por el pasillo... ¡Debo hacer frente a esta situación!... Salí inmediatamente al pasillo... inmensamente largo y solita­rio... Creí palidecerme, mis piernas perdieron consistencia y me parecía que la sangre se me había desvanecido, aunque el corazón me latía con la fuerza de una estampida.
Bajé corriendo las escaleras hasta la puerta de entrada, al tiempo que, sola, se apagó la luz del primer piso. Estaba convencido: 'prefiero los 20 metros de salida en la oscuridad', pero al llegar a la salida de entrada descubrí que las llaves que había dejado colocadas en la cerradura estaban faltando... Metí mis manos en el bolsillo, pero estaba seguro de haberlas dejado en la misma puerta.
Desesperadamente comencé a jalar del picaporte, pero la puerta estaba sellada.   A mis espaldas un 'click', y toda la casa se hizo de sombras en la más profunda oscuri­dad. Dejando la puerta a mis espaldas giré sobre mi mismo dando la cara a lo que vendría... Escuchaba el creciente sonido de cuchicheos, pasos, más pasos y risas… por las escaleras se veía venir una luz de antorcha que dibujaba siluetas fantasmagóricas en movimiento por toda la sala de recepción... Creo que de alguna manera aquí nací, creo lógico que sea aquí donde muera.  Totalmente transpirado, conteniendo la respiración en un grito que quedó paralizado en mi garganta, me creía morir.
De pronto el rostro tenuemente iluminado de un niño que reconocí, detrás de él otro y otro más. Luego, alguien con una torta con velitas encendidas. Allí estaban los ciento veinte niños que comenzaron a cantarme el 'Cumpleaños feliz'.. .
Me habían tendido una trampa. Alguien corrió mi auto, alguien escondió mis llaves y todos recordaron que fue un 25 de diciembre, hace ya unos cincuenta años, que me dejaron en ese hogar.   En aquel tiempo nacía para aquella familia que hoy renunció a las familias sustituías para compartir conmigo la noche de Navidad.
FIN



Para Reflexionar:
-       Tal vez los temores de hoy sean las alegrías de mañana. 
-       ¿Recuerdas en tu vida algún acontecimiento que hayas experimentado como negativo… Del que hayas renegado… Y luego con el tiempo te hayas dado cuenta que sólo sirvió para tu bien?
-       Así como al personaje del cuento, creo que la vida te regaló muchas cosas lindas.  En esta Navidad, ¿crees que puedes devolver algo de tanto, volcándote solidariamente hacia el más necesitado?  Cuando Cristo te llama desde la carencia del otro es porque quiere colmar de riquezas tus propias pobrezas.





NAVIDAD FUERA DE CASA: El ladrón asaltado


La carta había regresado al remitente, aunque el niño que la enviara no fuera quien la recibiera de regreso sino sus padres, que emocionados compartieron la lectura entre lágri­mas por aquellas letritas 'patas de araña", con notables errores ortográficos, pero con una profundidad de amor que los llevó a un estado sentimental de orgullo y pena al mismo tiempo.
La carta que había regresado por no tener un destinatario cierto: « Niño Jesús Cielos», fue colocada como un gran tesoro de la familia en el cofre de las riquezas familiares.
Terminaron de prepararse para salir, ya todos bañados y vestidos de fiesta, y salieron papá, mamá y el niño, a la casa de la ' tía rica' quien pensando sobre la difícil situación económica de estos pobres, decidió invitarlos a pasar juntos la Noche Buena a la espera de la Navidad.
La casa quedaba sola, con luz en la cocina y con la radio encendida simulando presencias... Pero desde el techo del vecino todos los movimien­tos estaban siendo registrados y el ladrón agazapado contemplaba el caminar de aque­llos tres que se perdían a la vuelta de una esquina bañada en la luz de plata de una enorme luna redonda. Rodolfo recordó entonces su propia familia. Les había dicho que había conseguido una changa importante y que por eso no podría acompañarlos en la Navidad. En realidad estaba desocupado desde hacía cinco meses, pero nunca se animó a confesar esta verdad frente a los suyos. Improvisó su propio 'trabajo' diciéndose: 'seré autónomo’. Lo que en verdad significa que él mismo se dictaba sus propias leyes, y cuando se trata de la familia cualquier cosa está permitido, incluso robar. 'Demasiado me robó la sociedad', se decía, 'en realidad lo que estoy haciendo es recuperar simplemente algo'. Y continuaba razonando 'Lo hago por mí familia. Me estoy arriesgando. Lo hago por amor…'
Saltó de un techo a otro. Bajó por el caño de desagüe y entró por la banderola del baño. 'El estar flaco y con hambre permite estas habilidades', se dijo. Recorrió el interior de la casa y entró a la habitación de las padres Hurgó por todos los rincones Y encontró el cofre de la familia "Eureka", exclamó y abriéndolo se encontró con cartas, papeles, fotos, y treinta pesos. Cuando estaba dispuesto a sacarlos le llamó la atención aquella carta de letras 'patas de araña' devuelta al remitente y se detuvo en su lectura
"Niño Jesús:
Mi papá me dijo que eras niño pobre como yo, así que no se de dónde sacas tantas cosas para dar a las gentes que te piden regalos en el día de tu cumpleaños . Y yo ahora se que los cumpleaños no son para pedir sino para regalar. Yo siempre te pido muchas cosas para navidad. Pero ahora se que tengo que dar, por eso te pido que me ayudes a dar, vos que sabes hacer tantos regalos. En esta Navidad le quiero dar a papá un trabajo porque está muy triste y algunas veces se enoja... En esta Navidad quiero rega­lar a mamá un poquito de descanso porque no para de trabajar todo el día y lava la ropa de todos los vecinos y la plancha, y a veces la retan porque no lo hace a tiempo... En esta Navidad quiero ser un regalo para vos, porque no tengo otra cosa que darte. Por eso voy a tratar de ser muy bueno… como un santo. Niñito Jesús, feliz cumpleaños.   Rodolfo.”
El ladrón sacó el dinero y lo colocó en su bolsillo, pero no se movía del lugar. Todavía recordaba las palabras de aquella carta. ' En esta Navidad quiero ser un regalo para vos.. Rodolfo'... Y pensó. '¿El niño se llama como yo, o soy yo mismo recordándome en mi niñez…? Sacó el dinero del bolsillo y lo volvió a colocar en el cofre... ‘Me quiero regalar a vos Jesús'... ' ¿Y que tal si me regalo a mi familia?'  Recordó a la anciana a la que, poco antes, había arrebatado su bolso y que aún tenía en su poder. Lo abrió pero no encontró ningún tipo de documentos identificatorios, y entre tantas falsas alhajas de centa­vos, algunos trapos (entre ellos una bombacha), tarjeta telefónica, bien enrolladitos: $200.-. '¿Cómo devolver eso a quien no se conoce? ¡Imposible!’. Miró el reloj y eran las 11:30 hs.’ Todavía tengo tiempo de volver a casa y pasar Navidad con ellos... De regalo me llevo a mí mismo... Para mis hijos un nuevo padre. Para mi esposa un nuevo marido. Para Jesús un nuevo hombre... Colocó los $200 en el cofre que había abierto, besó la carta y se fue por donde entró.
FIN



Para Reflexionar:
-       ¿Has visto la actitud del ladrón ante sus propios defectos? ¡Cuántas veces nosotros mismo podemos disfrazar de virtud y heroísmo nuestros propios defectos y cobardías!
-       El ladrón encontró una carta. En esta Navidad, ¿qué señales podemos dejar para que otro, que venga detrás, mejore sus conductas de vida?





NAVIDAD CONSUMISTA: Un Fariseo está rondando

«El fariseo de las exterioridades», comenzaba aquel impresionante articulo que había escrito para el diario más importante de Buenos Aires. En Navidad se requería un espacio especial, en sus páginas, para la reflexión, e invitado a hacerlo comenzó a derrumbar paso a paso todas aquellas «formas vacías de celebrar un acontecimiento que se ha diluido hasta casi desaparecer»... En otro lado: «sería como preparar un cumpleaños: llenar de globos la casa, gastar en las mejores comidas y bebidas, hacer una larga lista de invitaciones y olvidarnos del cumpleañero... Festejar todos sin él».
Escribía en otro lugar: « Una persona me dijo alguna vez: Padre, yo no soy cató­lico pero me cuestionaron y yo le cuestiono a usted: ¿porqué la Iglesia hizo de una fiesta profana un acontecimiento religioso? Yo le contesté que detrás de aquella fiesta pagana había todo un simbolismo porque se celebraba el nacimiento del sol... Y que para nosotros ese Sol, la Luz del mundo, era Jesucristo.  Y en realidad no me escandaliza que se haya hecho eso, sino el que posteriormente se haya hecho de una fiesta religiosa, una de las más importantes, una fiesta profana»...
Y el articulo derribó las actitudes consumistas de los regalos superfluos, de las comidas suntuosas, de los fuegos artificiales, y sacaba estadísticas de aumento en las ventas de mercaderías y de «artículos de última necesidad» en esas fechas.
Terminó el escrito y lo llevó a la sala de redacción donde ya todos lo conocían. « ¡Padre!», le llamó la atención uno de los empleados. « El jefe lo espera en su oficina». Inme­diatamente se encamino hacia allá... Sabía de qué se trataba. Después de conversar un rato le entregó un cheque con una suma bastante importante...
Estaba invitado a pasar la Navidad con su hermano, cuñada y sobrinos... En el camino tuvo el tiempo suficiente como para hacer algunas compras... 'No voy a caer con las manos vacías', se dijo. Y compró champaña, pan dulce, y todas esas chucherías (de no bajas calorías), que se ponen para brindar . Eso sí, un buen regalito para cada uno, y como quedaba un resto, algunos fuegos artificiales para divertirse con los niños...
FIN



Para Reflexionar:
-       ¿Cuál es nuestro discurso y cuál nuestra vida? O, ¿Cuál es nuestra fe y cuál nuestro testimonio?
-       ¿Somos consumistas? ¿Eso es bueno o malo? ¿Por qué?
-       En esta Navidad, ¿qué será lo más importante?





NAVIDAD FRENTE AL ESPEJO: Una preparación digna para celebrar


Había terminado de bañarse y regresó a su cuarto. Su esposa le había dejado en el perchero la ropa que él había escogido y pedido que acondicionara... Se sentó en la cama y se miró por el espejo directamente a sus ojos y se dijo: 'No debimos haber aceptado la invitación'... Aún notaba que su rostro estaba sucio por más que lo había fregado tres veces con jabón. 'No somos de ese nivel ... Seguramente estarán observando cómo nos com­portamos, sentamos y comemos'.. Se colocó la camisa delicadamente planchada por su señora y se quejó interiormente: 'Pasaré un papelón con esta ropa, pareceré disfrazado de pasa de uva'. ‘No me cabe la menor duda que seremos el hazmerreír de todos los invitados'... ' Por eso pretiero pasar las fiestas sólo... ¿ para que ponernos en ridículo?’. A todo esto se anudaba la corbata quejándose: ' Por esta corbata todos me van a reconocer... Dirán: 'corbata azul con rayas grises en diagonal, entonces es él'... 'Siempre la misma anticuada corbata'. Y aunque había estado lustrando sus zapatos: una vez a la mañana, otra a la siesta y una más antes de bañarse los miró y se dijo parecían de adobe.
- « ¿Quieres dejar de quejarte?». Escucho que le hablaban... Por un instante dudo pero luego al repetirse la frase se dio cuenta que era el mismo espejo...
- « ¡Ya me tienes harto con el desprecio que te tienes a ti mismo! ¡Y yo ligo de rebote!», siguió diciéndole el espejo mientras que él no salía de su asombro.
-«Mírame... Mejor dicho, mírate y hazme un favor, hazlo con dulzura.  ¡Ámate!»
- «Qué debo hacer», pregunto el hombre desconcertado.
-«El problema está en tu mirada: ¿Ves tu cara sucia?... Acércate a     Ahora bésala ¿Qué ves?»
- «Está luminosa» respondió sorprendido.
- «Ahora besa tu camisa, tus zapatos, tu corbata», dijo el espejo. Y a medida que lo hacía todo mejoraba su aspecto.
Desde afuera se escuchó su mujer: «Querido, ¿puedo pasar?»
- «¡Ahí viene la bruja!», dijo el hombre.
- « ¿Qué tienes que hacer?», preguntó el espejo.
El hombre dejó que entrara 'la bruja' y con un beso lleno de amor la transformó en una Reina.
FIN



Para Reflexionar:
-     Muchas veces nuestra manera de ver las cosas crea una ‘realidad virtual’ que nada tieneque ver con la ‘realidad real’… esa, la que creó Dios…
-       Nuestros enfados son muchas veces porque nos miramos con poco amor y así miramos el mundo…
-    El Amor de Dios debe llegar a nuestros propios defectos para que, como besos, los transforme en virtudes.  Ese Amor Divino, debe pasar por nuestro corazón.
-       En esta Navidad dejemos que Dios nazca en nosotros para que veamos la vida desde su propio corazón… Él sabe sacar de una pecadora a una discípula, de un pescador a un Apóstol y de un pan la Eucaristía… Dejemos que Él nos bese…















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